En las últimas dos décadas, las empresas privadas de telecomunicaciones han invertido más de S/ 45,000 miles de millones de soles en el Perú, ampliando la cobertura y calidad de los servicios de telecomunicaciones, incorporando las mejores tecnologías que uno encuentra en cualquier parte del mundo.
“Lo que se viene por delante es todavía más desafiante, ahora que estamos en medio de una revolución digital y la explosión de los datos; las oportunidades del Perú pasan por apostar a la economía digital y que el próximo gobierno ejecute una Agenda Digital Nacional con visión estratégica involucrando a todo el ecosistema público y privado”, comentó Juan Rivadeneyra, presidente del Comité Legal y Regulatorio de La Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN).
“La digitalización de la economía es un factor clave para ganar competitividad e impulsar el crecimiento, influyendo en los niveles de bienestar y desarrollo del país. Entendiendo el potencial de esta revolución digital, creemos que el Perú tiene las condiciones necesarias para subirse a este tren de alta velocidad. En ello, poner en marcha una agenda digital con el sector público, mantener el ritmo de inversiones en redes de telecomunicaciones y seguir masificando el internet son claves para el país”, aseguró el ejecutivo.
Un estudio de la CEPAL y la CAF, escrito por Raúl Katz, considera esencial que los gobiernos de Latinoamérica afronten el reto de transformar sus economías y convertirse en agentes relevantes en el mundo digital, lo que no solo impactará en el ámbito de los servicios de comunicación y de contenidos digitales, sino que va a extenderse a todos los ámbitos de la actividad productiva, como el transporte público, la hotelería o las finanzas.
Rivadeneyra comentó que en este aspecto la conectividad de los usuarios de telefonía móvil es esencial. “Hay un dinamismo importante en la instalación de antenas de telefonía móvil, a un ritmo estimado de 10 por día, pero lamentablemente algunas municipalidades provinciales y distritales aún imponen barreras burocráticas, afectando el despliegue de la infraestructura de telecomunicaciones y, sobre todo, a los usuarios de este servicio, que necesitan estar comunicados de manera permanente”, señaló.
AFIN considera que hay diversas metodologías para estimar brechas en infraestructura incluyendo antenas, lo importante es que cualquiera de ellas coincide que aún hay muchas antenas por instalar. Según cálculos de AFIN, cuya metodología extrapola conservadoramente el número de antenas per cápita de otros países, en el Peru se debería instalar por lo menos unas 30,000 antenas adicionales a las existentes. “Tales magnitudes se explican, por un lado, por la dispersión demográfica y las dificultades geográficas de nuestro país, pero también por el explosivo crecimiento que tendrá el tráfico de datos a través de la telefonía móvil”, comentó.
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